Historias personales

  

FranceFranceSedienta en Francia

 
Mi primera visita a un país extranjero, fue cuando hice un intercambio cultural con una amiga por correspondencia en el norte de Francia, cuando estaba en la escuela secundaria. Yo vivía en Inglaterra, y con un grupo de la escuela fui en tren hasta Dover para tomar el ferry que cruzaba el Canal de la Mancha. Después teníamos que tomar otro tren y finalmente tomé un bus (colectivo, micro, camión) hasta llegar a la ciudad de Valenciennes dónde me esperaba mi amiga por carta y su familia. Este fue un largo y agotador viaje para una chica de 16 años de edad. Yo había estudiado el francés por 5 años en la escuela, pero todas mis maestras habían sido mujeres. Yo era muy tímida, y cuando llegamos a la casa dónde iba a estar por 3 semanas, aunque estaba sedienta, no quería pedir algo para tomar. Hablando con la familia me di cuenta que yo no podía entender ni una sola palabra al padre de mi amiga!! Finalmente tenía tanta sed que pedí algo para tomar. El papá de mi amiga rápidamente tomó un vaso, y le puso un líquido blanco y agua y me lo dio con una gran sonrisa en su rostro. Yo no tenía ni idea de lo que me estaba dando, pero supuse que era algo similar al “squash” que nosotros tenemos en Inglaterra que es como un jugo de fruta concentrado. Porque estaba sedienta me tomé casi todo el vaso, hasta que me di cuenta de que era una bebida fuerte y alcohólica. ¡Era una bebida como Anís, como un licor! ¡De más está decir que eso no era lo que yo estaba esperando y le di a la familia una buena razón para reír el primer día de mi visita!
 

travel trailertravel trailerBuscando estacionamiento en Pánuco, México

¡Nuestro primer viaje al centro de México, durante el verano de 1993, fue muy estresante por muchas razones! Estuvo lloviendo durante 24 horas antes de nuestra partida y estaban todas las calles inundadas, pero nos arreglamos para salir en horario con nuestra camioneta y casa rodante. Como todo estaba inundado nos llevó mucho más tiempo llegar a la frontera con México. Se suponía que nuestro destino final estaba a unas 10 horas hacia el Sur de México, pero aunque habíamos salido temprano en la mañana, ya se hizo de noche. Nos habían recomendado que NO manejáramos en México de noche así que decidimos parar a pasar la noche en Pánuco - un pequeño pueblo en México. Nunca habíamos estado en ese lugar y nuestro español estaba limitado a un pequeño diccionario de bolsillo. Las calles son muy delgadas y como era viernes a la noche todos los jóvenes estaban reunidos. Manejamos buscando un lugar para estacionar pero no encontramos lugar para la camioneta y la casa rodante; estábamos cansados y un poco asustados. Así que Gerald decidió seguir en la camioneta buscando un lugar, mientras yo entré a un hotel que tenia una habitación disponible. Expliqué que teníamos nuestra camioneta con una casa rodante atrás – ¡pero yo no sabía la palabra por esto y no estaba en el diccionario! ¡Tuve que explicar usando las manos y dibujos! Aunque el hotel tenía estacionamiento no fue suficiente grande para nuestra casa rodante y el recepcionista nos dijo que debíamos dejarlos en la calle - ¡pero por supuesto no había lugar! De repente tuve una idea – corré a la estación de policía en la plaza principal. Después de todo, ¿cómo podría la policía darnos una multa si ellos mismos nos había dicho dónde estacionarnos?

Pregunté si alguno hablaba inglés, y nos dijeron que quizás el sargento, así que fui en busqueda del sargento y me dijo que los sargentos de la ciudad de México hablaban español pero ahí NO. Así que como pude otra vez con gestos, le dije que estábamos tratando de encontrar un lugar para estacionar. También el sargento me dijo “en la calle” - entonces yo lo arrastré afuera para mostrarle las calles llenadas y Gerald todavía pasando en la camioneta. Le pregunté al sargento con exasperación: “¿¿En la calle donde????” Finalmente el oficial habló con otros oficiales de la comisaría y me dijeron que ellos iban a encontrarnos un lugar. Le conté a Gerald, pero no teníamos esperanzas de que se desocupara algún lugar, pero otra vez dimos la vuelta. ¡¡Al regresar a la plaza vimos a un policía haciéndonos señas de que podíamos estacionar y estaba toda la cuadra vacia!! Todavía no sabemos si la policía en México puede hacer que los autos se muevan con tanta velocidad, o si Dios hizo un milagro, ¡pero estábamos realmente agradecidos de poder parar, comer algo y descansar!

 

soupsoupSopa de pollo en Platón (México)

 
Mientras estábamos viviendo en Platón Sánchez, un pequeño pueblo en Veracruz, Gerald se enfermó. El tiempo estaba muy caluroso y húmedo, y Gerald ya tenía unos cuantos días de resfrío y fiebre. Como no teníamos dinero, no podíamos ir al médico, así que oramos e hicimos lo que pudimos. Finalmente una tarde alrededor de las 8.30 pm él estaba muy débil y me pidió si le podía preparar una sopa de pollo, que su mamá le hacía cuando de niño el estaba enfermo. Entonces corrí rápidamente a una tienda dónde podrías encontrar todo lo que necesites (¡si eras Méxicano!). Vi que vendían latas de sopa “Campbell´s” así que esperanzada fui en busqueda de la sopa de pollo. ¡Pero me di cuenta que sólo tenían tres variedades (¡hasta ese momento no sabía que Campbell´s tenía esas variedades!) sopa de maíz, sopa de chile y sopa de flores de calabaza, pero nada de sopa de pollo! ¡Entonces busqué en las únicas dos otras tiendas del pueblito pero no había ni una sola sopa de pollo en todo Platón! ¡Mi pobre Gerald tuvo que esperar al día siguiente cuando pude comprar pollo fresco de la mujer que lo vendía al lado de la calle, y le hice a Gerald una sopa casera. ¡Gracias a Dios que no estaba tan desesperado y pudo esperar hasta el otro día para comer la sopa!

  

mother and childrenmother and childrenDía del niño

Cerca del final de nuestro primer año viviendo en Veracruz, recibimos una visita de un grupo de nuestra iglesia en Texas, Estados Unidos. Vinieron unos 17 con el pastor, pero ninguno de ellos aparte del pastor había estado fuera de los EE.UU antes. En el pueblo dónde vivíamos rara vez habían visto “gringos”, es más nuestra casa era conocida como la casa donde viven los gringos. Habíamos planificado muchas actividades para hacer durante su estadía en el pueblo, incluyendo una reunión especial el miércoles por la tarde. Generalmente teníamos estudio bíblico ese día pero decidimos cambiar y hacer algo especial para compartir con el grupo que nos visitaba. Nuestra pequeña casa tenía un gran jardín y algunas construcciones sin terminar alrededor, así que decidimos que íbamos a dividirnos en 4 grupos, mujeres, hombres, niños y jóvenes para tener enseñanzas focalizadas según la edad; y luego después de la enseñanza planeamos una comida especial para compartir entre todos. Nuestros amigos locales estaban muy emocionados con la idea de encontrarse con nuestros amigos de los Estados Unidos y se ofrecieron para preparar tamales especiales (carne de cabra envuelta en hojas de plátano) para la cena el día de la llegada del grupo. Estuvieron todo el día preparando más de 100 tamales. ¡Lamentablemente TRES llantas de la camioneta estaban desinfladas en camino así que el grupo no llegó hasta medianoche! Los americanos estaban muy cansados y lo único que querían era ir al hotel para poder descansar. ¡Nosotros tuvimos que explicarles a nuestros amigos mexicanos que el grupo no iba a cenar! Gracias a Dios comprendieron. Durante los dos días siguientes la mayoría del grupo que vino de los Estados Unidos se enfermó con dolor del estomago y diarrea, pero nosotros seguimos adelante y planeamos la reunión y la comida para el miércoles, porque habíamos invitado a muchos pastores y líderes de las iglesias aledañas. Habíamos planeado una reunión de líderes a las 5 pm y después de eso a las 6 pm íbamos a dividirnos en los grupos (incluyendo juegos bíblicos y piñata para los niños), y para terminar, la cena especial a las 7 pm.

A la tarde comenzamos a ver que muchas madres con sus hijos se acercaban a la puerta de nuestra casa. Alrededor de las 4 pm había toda una línea de personas esperando en la puerta. Les preguntamos qué necesitaban, y ellos dijeron que venían a la fiesta – ¡aunque no habíamos visto a esas personas hasta ese día! Les dijimos que por favor regresen a las 6 pm - ¡después de todo, nosotros le estábamos pidiendo a Dios que aumente el grupo de estudio bíblico! Pero todavía a las 5 pm había una gran multitud esperando afuera, además de los pastores y líderes que recién estaban llegando. Ellos nos explicaron que ese día era el “Día del Niño” - aunque nosotros no teníamos ni idea de lo que significaba eso. Entonces nos explicaron que ese día todos los años, las madres llevan a sus niños a recorrer las casas y tiendas de la ciudad para recibir dulces y juguetes. Los negocios y las iglesias principales preparan fiestas especiales para ese día, ¡y se corrió la voz de que los “gringos” iban a dar una gran fiesta para los niños! No sabíamos que hacer, hasta que finalmente les explicamos que íbamos a dar un estudio bíblico y si querían se podían quedar (¡creímos que era una buena oportunidad para predicarles!). ¡Así que continuamos con el estudio bíblico, con el grupo que había venido de los Estados Unidos, nuestros amigos mexicanos y un montón de gente que no conocíamos! ¡Parecía que todo era un caos! Shirley predicaba a 35 mujeres adentro de la casa, muchas de ellas con bebés. Unos 35 hombres estaban reunidos en una de las construcciones afuera, unos 30 jóvenes en una parte del jardín, y más de 100 niños jugando en otra parte. ¡Por supuesto que la cocina estaba llena de gente cocinando porque habíamos planeado la comida para 100 personas!

Como a las 7 pm empezó a oscurecer, ¡y de repente se cortó la luz en todo el pueblo! Dentro de la casa no estaba totalmente oscuro, pero entre la gente y las velas encendidas se puso muy caluroso y no andaban los ventiladores. Buscamos unas linternas y tratamos de que toda la gente que se adhirió a la fiesta comience a regresar a sus hogares. Finalmente quedamos sólo los pastores, líderes, los americanos, y nuestros amigos mexicanos, ¡y cuando estábamos por comenzar con la cena, el pastor americano nos dijo que se iban a ir al hotel porque estaban agotados y se sentían mal! Les rogamos que se queden pero ellos se fueron al hotel. Sí bien entendíamos a los visitantes, ¡pero estábamos muy apenados porque sabíamos que iba a ser un desprecio que OTRA VEZ no comieran la comida que nuestros amigos locales habían estado preparando todo el día! Esta experiencia nos mostró que viviendo en el campo misionero, nos encontramos en el medio de dos culturas - sufrimos profundamente por ambos lados. Fue una situación muy difícil y nos hizo dar cuenta de cuan importante es la preparación previa de cualquier grupo que planea un viaje misionero. Gracias a Dios nuestros amigos mexicanos eran verdaderos cristianos y vieron cuan apenados estábamos al ver que su trabajo no fue apreciado por nuestros amigos de los Estados Unidos, y no guardaron rencor.

 

bottlebottleLa tía de Rosa

Cuando estábamos viviendo en Veracruz teníamos una camioneta, y como los vehículos son escasos, nos ofrecíamos a ayudar a nuestros amigos cristianos y llevarlos a algún lugar en caso de que lo necesiten. Un día, que había estado lloviendo por un largo período, había mucha humedad y estaba todo pegajoso, nuestra amiga Rosa vino a pedirnos ir a buscar a su tía anciana y llevarla a la clínica, porque necesitaba unas vitaminas. Ella vivía en las afueras del pueblo y casi no podía caminar. Así que la llevé a Rosa hasta la casa de su tía. Cuando entramos en la casa observé que sólo había dos pequeños y vacios ambientes en la choza. Dadas las condiciones en las que vivía, ella estaba tan sudada que casi no podía abrir sus ojos, y su pierna estaba tan enferma y sudada que casi no podía caminar. Cuando nos acercamos a la anciana pude ver que había una buena cama en un rincón y le dije a Rosa, al menos tiene una buena cama para dormir, ¡¡pero Rosa me contó que le dio esa cama unos años atrás, pero que su tía NUNCA la había usado porque era demasiado “suave” y no podía dormir!! Rosa me mostró la cama que su tía prefería para dormir- ¡era como una mesa o plataforma de cuatro cañas de bambú a casi un metro del piso! ¡¡Me costaba creer como una mujer tan anciana podía acostarse en una cama así!!

La llevamos a la clínica y en el camino de regreso le dije a Rosa si podíamos parar en alguna tienda y comprarle algo de comida para su tía (¡porque cuando estábamos en la casa pude ver que no tenía nada para comer!). Ella estuvo de acuerdo así que le di algo de dinero, y fueron a comprar en la tienda. Cuando regresaron Rosa me dijo que su tía quería parar en otro lugar antes de regresar a la casa, entonces la anciana nos fue guiando. Las calles estaban todas húmedas y estaba comenzando a llover, así que yo estaba preocupada de que la camioneta se quede estancada por el lodo, pero la anciana insistía en que todo estaba bien. Finalmente llegamos a una choza donde había muchos hombres afuera, y nos dimos cuenta que este era el lugar dónde hacían alcohol de contrabando. ¡La anciana insistía que necesitaba el licor para frotarlo en su pierna y que eso le calmaba el dolor y que no era para beberlo! La situación nos comprometía, porque Rosa era una pastora y yo era la única mujer blanca y todos sabían que era misionera - ¡¡y estábamos en la tienda dónde vendían licores!! (¡En México y otros lugares no está para nada bien visto que cristianos estén comprando licor!) Estábamos comprometiendo nuestra reputación entonces Rosa y yo nos miramos la una a la otra, tratando de decidir que hacer. Finalmente decidimos creerle a la anciana y Rosa corrió a comprar la botella. Realmente no sé si esto arruinó nuestra reputación o no, o para que exactamente la anciana quería su licor, pero ella murió poco tiempo después, así que su dolor fue aliviado de una forma u otra!

 

cigarcigarExperiencia en Brasil

Cuando Shirley estaba en Argentina, contó varias experiencias sobre las diferentes culturas y costumbres de las iglesias dónde ella había predicado. Estaba con unos otros ministros cenando en un restaurante y le ofrecieron vino (en Argentina la mayoría de los cristianos no ven mal tomar vino o cerveza de vez en cuando si es medido, pero esto no es así en otras partes del mundo. Pero el fumar si está mal visto para la mayoría de los cristianos Argentinos). Una de las misioneras que estaba cenando con nosotros, nos contó que una vez fue con un grupo a un viaje misionero a Brasil donde iba a predicar en una iglesia. Habían llegado temprano y hacía mucho calor entonces se sentaron en los escalones de la entrada; viendo que había una tienda justo enfrente de la iglesia fueron a comprar unas cervezas para tomar. ¡Cuando estaban por terminar sus cervezas llegó el pastor de la iglesia fumando un cigarrillo! ¡El los vio tomando cerveza y el grupo de argentinos lo vieron fumando un cigarrillo y todos se preguntaban si debían predicar después de todo! ¡Pero finalmente todo terminó bien cuando entendieron la importancia de ser un cuerpo a pesar de las diferencias!!
 

centipedecentipedeMudanza en México

Cuando nos mudamos del tropical Veracruz a China, Nuevo León (bastante desiértico) teníamos que mudar todos nuestros muebles y pertenencias en un trailer (o remolque abierto). Nos llevó 8 horas en auto, en calles que hasta ese momento sólo tenían no más de dos carriles en el mejor de los casos. Nos quedamos un tiempo en Texas y dejamos a nuestros dos niños ahí, mientras preparábamos la casa que habíamos rentado en China. Ya que nadie había vivido ahí por tres años y la casa era de ladrillo y tenía azulejos y baldosas, la limpiamos muy bien y nos fuimos dos noches a Veracruz para empacar todas nuestras cosas. Sabíamos con seguridad que Dios nos estaba pidiendo que nos mudáramos a China - ¡¡que fue muy bueno porque fue toda una experiencia la mudanza!! Nos levantamos temprano en la mañana y con todo listo comenzamos nuestro viaje a Tampico - una ciudad en el golfo de México. Nuestrotrailer estaba repleto con nuestras posesiones, ¡las cuales todo el mundo podía ver! En el camino hacia el norte había mucho tránsito, y acabamos a comer un sandwich y nos dimos cuenta que todos estaban mirando y señalándonos como si nunca hubieran visto a alguien mudando sus cosas en un remolque.

Entonces Gerald (quién conducía) de repente se dio cuenta de que un pequeño carro estaba detrás nuestro. Nosotros íbamos a unos 90 km por hora, pero el carro comenzó a pasarnos. Al mismo tiempo Gerald se dió cuenta que había en medio del camino un pedazo de madera con clavos hacia arriba, que afortunadamente Gerald pudo esquivar. ¡Vimos una camioneta estacionada al costado del camino y de repente el pequeño auto se puso enfrente nuestro y frenó de golpe! Los dos dijimos “Jesús” mientras Gerald intentaba frenar, pero sólo pudimos vernos más y más cerca del pequeño auto. Era imposible frenar de golpe con el trailer que teníamos amarrado a la camioneta. No había forma de pasar o ir hacia el otro lado en esa calle tan angosta. ¡Era imposible que el auto no nos viera! Justo cuando estábamos por chocar con el carro, este se movió otros 2 metros hacia adelante y se detuvo otra vez, lo cuál nos permitió frenar. ¡Nosotros estamos convencidos de que un ángel movió el auto hacia delante! Gerald vio en su espejo retrovisor y se estaba dando cuenta de que algo no estaba bien - era mejor que nos fueramos. Gracias a Dios pudimos pasar al carro y mientras lo pasábamos yo esperaba ver al conductor atemorizado - ¡pero el tenía un rostro amenazante! Fue en ese momento cuando nos dimos cuenta que era una trampa - si hubiéramos chocado con el auto en esa solitaria calle, estamos seguros de que nos hubieran robado todas nuestras pertenencias o algo aún peor. Quedamos medios shockeados por la situación pero le dimos gracias a Dios y seguimos nuestro camino.

¡Se hizo de noche y estábamos transitando una calle en el desierto donde no había nada, ni casas, ni carros, nada! De repente nos damos cuenta de que algo estaba mal con las luces de la camioneta así que Gerald (que es mecánico) miró que podía ser y se dio cuenta cual era el problema, pero no podíamos hacer nada ahí. Si Gerald iba en busqueda de ayuda (¡aunque no había nada alrededor!) yo me quedaba sola en medio de la nada; yo no podía ir a buscar ayuda sola, y si íbamos los dos corríamos el riesgo de que alguien robe nuestras cosas, ¡tampoco podíamos quedarnos ahi! ¡Teníamos que seguir a China! Nosotros comenzamos a orar y a creer que nada malo iba a sucedernos. Nos llevaron muchas horas llegar, pero finalmente a las 11 pm llegamos a la casa, agotados pero muy agradecidos. Pero como no conocíamos a ninguno de nuestros vecinos, no podíamos correr el riesgo de dejar todo en la calle hasta el otro día, así que bajamos todas las cosas y las pusimos dentro de la casa. Finalmente muy cansados nos acostamos en un colchón en el piso de uno de los cuartos como a la 1 am. Nuestro pastor iba a venir en micro el próximo día hasta nuestra casa por un rato y luego juntos regresaríamos a Texas, ¿pero cómo íbamos a volver a Texas si el vehículo no funcionaba? Demasiados problemas para pensar, así que me dormí.

Nos levantamos muy temprano en la mañana y mientras me preparaba para salir, buscando algunas cosas comencé a llamar a gritos a Gerald porque por poco yo agarré un insecto enorme. Por fin Gerald lo halló y mató, y lo llevamos a una tienda cercana para averiguar más sobre el bicho extraño. ¡Nos dijeron que usualmente sólo se ve en el desierto pero parece que este estaba vacacionando en nuestra casa! ¡Era un ciempiés que al picarte introducía un veneno que en menos de 6 hs te mataba, y nosotros habíamos estado durmiendo justo al lado de el! Una vez más dimos gracias a Dios por cuidarnos. Gerald decidió que debíamos comprar los repuestos para la camioneta, así que buscamos una refaccionaría - el único problema era que no teníamos dinero, sólo 28 pesos (¡menos de 3 dólares!). ¡Necesitábamos otro milagro! Encontramos un lugar donde sólo había algunos estantes y cajones. Gerald le mostró la pieza que necesitábamos, el vendedor abrió un cajón y sacó la pieza, y nos dio el precio - ¡¡¡costaba 25 pesos!!! ¡Así que Gerald pudo arreglar la camioneta mientras el pastor llegaba y pudimos volver a Texas! No tenemos dudas de que Dios nos mandaba a vivir en China y sabíamos que el diablo no estaba feliz de que esto sucediera.

 

cameracameraTomando una foto en Kenia

En mi reciente viaje a Kenia, traté de tomar fotos a las diferentes construcciones para mostrar cuan diferentes son allí. Estábamos en nuestro camino de regreso después de un largo día en las afueras del pueblo, y teníamos muy poco tiempo antes de enseñar en un seminario para líderes de niños, y después predicar en un grupo de intercesores de noche. La carretera era de tierra y muy irregular, y desafortunadamente el carro no era nuestro, lo habíamos rentado para hacer el viaje. ¡De repente el carro recibió un golpe y se quebró el tubo de escape! Teníamos que ir al mecánico para arreglarlo y sólo nos restaba menos de una hora para devolver el auto, ir a la casa a buscar algunas cosas y caminar 3 km hasta llegar a la iglesia. ¡Además el cielo estaba cubierto de nubes negras y por supuesto comenzó a llover! Mientras esperábamos al mecánico, uno de mis compañeros nos indicó que cierto edificio era un banco. Yo estaba asombrada porque no tenía ningún cartel ni indicación, y estaba rodeado de láminas de estaño - nadie se puede imaginar que eso era un banco! Tomé rápidamente mi cámara y saqué una foto y en ese mismo instante una persona se acercó muy enojada hacía la ventana del carro. ¡Era un oficial de la policía y aparentemente está prohibido por la ley sacar fotos a un banco! ¡¡Me quitó la cámara y quería arrestarme!! Gracias a Dios, nuestro amigo local Mike manejó la situación y logró que me dejen en libertad y me regresen mi cámara, ¡aunque por supuesto quitaron el rollo y perdí 24 fotos! Finalmente llegamos a la casa, tomamos el material que necesitábamos y partimos hacia la iglesia. ¡De más está decir que tuve que hacer unas oraciones antes de predicar para poder calmarme y estar lista para predicar!